lunes, enero 29, 2007

Moebius


Todo gira, todo fluye, todo cambia, muta... pero es lo mismo. Un círculo cerrado en lo que menos importa es lo que cada cual opine, el plan sobrepasa cualquier expectativa del mayor de los sabios del planeta. El peor problema parece ridículo comparado con ese plan, son sólo pataletas de un niño que quiere su caramelo, una vida. La cuerda se tensa cada vez más, y nunca importa, tan sólo es una vida más, sin sentido alguno, sin futuro, nada que sea apreciable al final. ¿Qué más da un libro menos? ¿Quién tiene derecho a traer al mundo una nueva vida? ¿Acaso nos creemos dioses para ir defendiendo ideologías que nada tienen que ver con la realidad? ¿Somos acaso mejores que cualquier otro que propone algo que nos parezca una locura? ¿Por qué es tan importante la felicidad si no influye en nadie más que nosotros? ¿Qué vale la pena realmente? ¿Cuándo es importante callar? ¿Hay que hablar alguna vez si nunca tenemos la razón en nuestros labios? ¿Los ojos con los que miramos son los correctos? ¿Es el tiempo un impedimento o lo somos nosotros para él?
Miles y miles de preguntas que nunca tendrán respuesta, alegando que son demasiado absurdas para que nadie se las plantee. Todo cierra el círculo, todo fluye en una habitación cerrada por fuera, y en la que se puede escuchar una melodía inacabada de la que ya sabemos el final.

miércoles, enero 24, 2007

¡ OH, MI YO! ¡OH, VIDA!

¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!, de sus preguntas que vuelven,
Del desfile interminable de los desleales, de las
ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre (pues,
¿quién es más necio que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve -¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, oh, mi yo, oh, vida?

Respuesta
Que estás aquí -que existen la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama, y que TÚ puedes
contribuir con un verso.
by el tío walt

martes, enero 23, 2007

Tiemblo cada vez que lo pienso. Puede ser que la vida te enseñe a dudar ante situaciones así, pero ésta no era una de ellas… no podía serlo. Cada pelo se me erizaba más y más hasta el punto de doler como si fueran espinas. Y el cañón apuntaba directamente a mi entrecejo. No hacían falta las palabras: cualquier sonido, por mínimo que fuera, llegaba a molestar en ese ambiente de calma enrarecida. Parecía el final de aquella pesadilla, pero nada de eso, no dejaría que ocurriese. Clavé la mirada en el cañón, imponiendo mi deseo al suyo, haciendo valer por una vez el sentido común y las agallas sobre todo lo demás. Y agarré la pistola lo más fuerte que pude. Fue un forcejeo lento, casi acompasado. Los movimientos se sucedían de forma predecible, como si todo estuviera calculado y ensayado hasta la saciedad. De pronto, el baile cesó y el arma cayó al suelo junto con una lágrima que corría por mi mejilla. El golpe percutió la bala de la recámara y el estruendo resonó en toda la habitación, ahora sería libre… había ganado. Me levanté lentamente, secándome el sudor y maldiciendo la hora que me puse esa pistola en la cabeza.

viernes, enero 19, 2007

aves rapaces me succionan los sentidos.
café caliente en este gélido verano.
insensatez de días lentos, rotos, amargos.
terrible desfachatez con que viniste al mundo.
no te espero.
llanto de un niño en el vientre de la puta de su madre.
olor a pescado corrompido.
un trago de ron barato.
páginas en blanco de libros sin nombre.
melodía melancólica, monótona, martilleante.
no te espero.
silencios que reVientan de tanto hablar.
un cigarrillo.

no más lágrimas, no más sueños.

reBientaré con B y me seguiré raLLando con ELLE; mis más sinceras disculpas señor don diccionario... s-m-l-xl-xxl juasjuasjuas!

jueves, enero 18, 2007

Sin comentarios... seguimos esperando a la Kabra Loka... o por lo menos a ti... jejeje



miércoles, enero 17, 2007


Una colina. A lo lejos sólo se divisaba la figura tenue de un caballero en su montura. Erguido sobre sus cuartos traseros, el bravo animal esperaba el menor gesto de su amo para arremeter contra la pestilente horda de orcos que le acechaba temerosa en la orilla de un pantano con una niebla verdosa que absorbía luz allá donde tocaban sus dedos. Pronto los necrófagos se alzarían en la noche, debía darse prisa para no combatir con miles de cadáveres purulentos que sólo buscaban despedazar carne humana.

Apretó la diestra alrededor de la empuñadora de su espada, alzándola suavemente, saboreando la matanza que pronto calmaría un poco más la sed de venganza de esa hoja deslumbrante. Arqueó un poco las piernas, era la señal. El corcel se lanzó en busca de sangre, sus ojos rojos delataban un miedo que ya había carcomido su alma, reemplazándola por ira y maldad.

Todo permaneció en silencio durante un instante, luego la carnicería comenzó. Brazos desmembrados caían allí donde el jinete blandía su arma. A un lado y a otro de su camino iban cayendo todos los orcos muertos por su filo, y el caballero no se detenía. Hasta que el último de los desdichados no mordió el polvo con su cabeza separada del cuerpo, no se detuvo.

Bajó de su caballo y lo acarició dulcemente, había amor entre ellos. Era como si se acariciase a sí mismo. Y en verdad que así era. Un maleficio había separado un trozo del alma del caballo para introducirla en el corazón de un bebé. Desde entonces, caballo y caballero, amo y siervo, amigos inseparables, estaban unidos para siempre. Pero de pronto el caballo se desplomó sobre su costado. Una de las lanzas había atravesado su corazón. A cada respiración entrecortada, sus ojos se apagaban, dejando escapar la vida que siempre había mostrado en ellos. El caballero, llorando, desenvainó su arma como si de un ritual se tratase y de un golpe certero degolló al animal.

Al poco, una pira se llevaba los restos de su más fiel compañero de correrías y secretos. Allí, mirando las llamas en el infinito, pensó que ya no tenía sentido seguir matando, que sus días de gloria se los estaba llevando el fuego… y que así debía ser. Se sentó en una piedra lentamente, y allí, en la soledad del bosque y arropado por el rumor de la corriente de un río cercano, murió de pena.

lunes, enero 15, 2007

Amanecer


Hoy el sol que se esconde tras las nubes de tormenta brilla más que nunca. Ni un pájaro se atreve a volar por la lluvia, pero su canto resuena en mi cabeza como si oyese la más suave de las melodías. Todo se vuelve más colorido y cursi por momentos, y me da igual. No quiero que los prejuicios o el orgullo minen una conversación a la luz de las velas. El té fue el más sabroso que tomé en años. Sólo importaban esos ojos claros que se abrían ante mí más y más a cada segundo que soñaba. Saltar, volar, perseguir las estrellas y amordazarlas para que susurren pensamientos a mi oído. La luna sigue feliz en su manto de la noche, y la Magia ha hecho el mejor truco que puede enseñar para sorprender… asustando a los más tranquilos elfos del bosque que se agazapan tras ese viejo roble que resiste los rayos del amanecer.

jueves, enero 11, 2007


Todo cobra luz en una animación absurda por las cosas pequeñas. Cada paso se me hace un logro en el peldaño del amanecer en la ciudad. Mientras todos duermen, mi mente vuela entre casa y árboles, acariciando cada hoja, cada ladrillo roto que atesora una historia en su interior. Un aire de libertad se saborea entre olores a café recién hecho, y todo sabe más dulce. Dure lo que dure, al menos se respira vida en el bosque de metal. Despiértame mañana, hoy quiero soñar despierto sin monstruos, sin voces que acechen en la oscuridad para regalarme un grito desgarrado. Dulce es el humo de la victoria aunque la tormenta no pase, el ojo del huracán me mece suavemente colina abajo.

lunes, enero 08, 2007

Desvaríos de un alma


Este comienzo de año ha sido muy diferente a los del resto de mi memoria. He tenido revelaciones que no creí que existiesen, y explicaré el porqué: he descubierto algo impresionante que amenaza las leyes de la Física, mi Física. Un buen día descubres que esa frase de “eres único entre un millón” empieza a cobrar vida y traspasar las fronteras de lo que significa para tomar forma en un sentimiento mucho más allá de lo que nuestros ojos pueden ver. Tras varios días de meditación y una final prueba empírica, he llegado a la conclusión simple que las personas tienen un alma gemela en algún lugar del planeta. No importa raza, ni seco, tan sólo hay que seguir unas sencillas normas, pero que son definitivas para encontrar ese pedazo de ti.

Cuando digo alma gemela, todo el mundo se imagina otro “yo”, perfectamente definido, incluso yo lo creía así, pero nada más lejos de la realidad. La verdad es que nos encontramos diseminados en muchos diminutos pedacitos por todo el mundo. Estos pedacitos del alma, por alguna maravillosa reacción que se me antoja química, se intentan acercar lo máximo posible, y en algunos casos se consiguen reunir dos de ellos, formando una perfecta comunión entre sus portadores. A mí me llegó el turno hace ya más de una década. Los pedazos estuvieron toda su existencia dando vueltas de aquí para allá hasta que consiguieron reunirse al fin. Pero no todos los pedazos “vienen al mundo” al mismo tiempo. Existe una constante universal en la que se basa la creación de estos pedazos y que, para simplificar, se dilata 8 años, eso si, en pares. De esa simple premisa se derivan los vacíos que millones de personas sienten cada día. 8 años no es nada en la eternidad, pero son todo un abismo en la vida de una persona. Si un pedazo surge hoy, otro más surgirá con él, pero si no logran encontrarse, tardará otros 8 años en aparecer otro par de pedazos. El espacio de creación de este par “coexistente” de pedazos puede ser variable, pero nunca es un impedimento clave para que la fuerza de atracción que entre ellos se experimenta haga su trabajo y se agrupen cada vez más.

Son en las situaciones en las que vemos un punto de inflexión de nuestra vida en la que nuestro pedazo y los gemelos hacen su magia para juntarse, tan sólo puede existir un problema: el portador. Este ser es el fin último y, por ende, el que tiene la potestad de decidir si algún día se fundirán esos pedazos o no.

Pues bien: después de la teoría viene la práctica. Como caso práctico no conozco ninguno mejor que el mío. Como dije anteriormente, hace casi más década que dos de esos pedazos se unieron, el que me pertenece y otro más. 8 años después, otro par de pedazos surgieron, pero no ha sido hasta ahora cuando encontré a uno de ellos. Con este proceso, ya son tres los pedazos que están conectados entre sí, llenando a los portadores de una felicidad que desgraciadamente muy pocos lograrán encontrar nunca. Sólo puedo sentir lástima por ellos. En lo que concierne a “nuestros pedazos”, sólo decir que me siento muy afortunado y feliz al levantarme cada mañana y sentirlos ahí, dentro de mí, dentro de vosotros. Es todo un placer, un lujo, un privilegio tener algo así. Sin desmerecer a ninguno de los dos pedazos “ajenos al mío”, decir que espero que los vuestros se unan como lo han hecho con el mío, sé que sería mágico ese momento. Hasta entonces, cada mañana despierto con esa ilusión.
Gracias por estar ahí, no hace falta que os diga quienes sois, ya que lo sentís igual que yo ¿verdad?

miércoles, enero 03, 2007

Ironías de la vida, al final resulta que no hay nada especial aquí dentro. Siempre se escudaron recuerdos y tonterías en que existía algo más, que lo que veía no era toda la realidad, y era una simple canción de cuna con la que poder dormir tranquilo por la noche. Aún así, me siento orgulloso de haber formado parte de ello, aunque sea rozándolo de una forma tan hipócrita. No me daba cuenta, y engañarme a mí mismo lo hace más hipócrita aún si cabe. Desde aquí va mi respeto y saludo a todos aquellos a los que sin saberlo estropeé momentos preciosos de su vida con tan sólo un chasquido de mis dedos, tengo esa estúpida habilidad.
Como más de uno ya sabrá, a partir de esta autorevelación, los fines de semana no serán iguales, no podrán serlo jamás, quizás no debieron serlo nunca. Si estaba destinado a ello hubiera sido más fácil tomarlo por costumbre, no sería triste de esa forma. Es cierto que notaría que hay algo más, pero como no tendría idea de lo que es, todos contentos. Y cuando digo los fines de semana no me refiero por salir ni cambiar de rutina y todas esas cosas que en realidad son tonterías, sino por dejar que la mente se abra un rato a ese mundo que tanto me gustaba y creí mío.