lunes, marzo 31, 2008

Aventurero



He decidido que en otra vida quiero ser aventurero, pero no uno cualquiera, sino un aventurero de las películas. A estos hombres no les falta un detalle: son altos y guapos, con gran coraje y con un montón de ases guardados en la manga por si hay problemas. Siempre están por casualidad cuando un bellezón necesita de su auxilio y, con sólo dos patadas y enseñar un poco el musculito, ya hay una banda entera de ninjas huyendo de allí. Y encima de no hacer nada, siempre tienen una heridita encima de la ceja, heridita que les cura la chica con tan sólo un algodón y un poco de alcohol, pero que hace el mismo efecto que un tiro en un brazo, porque todos se retuercen de dolor.

Muchos aventureros son ricos, con grandes mansiones, lujosos coches y unos barquitos que no tienen nada que ver con “hundir la flota”, pero son tan humildes que pasan de ellos y van en una Rieju de su bisabuelo, aunque lo que nadie sabe es que esa motillo se convierte en un avión con sólo apretar un botón porque un amigo del aventurero sabe muchísimo sobre electrónica y mecánica, por lo que es capaz de meter una turbina de avión en el guardabarros de la moto sin que se note nada.

Además, la chica a la que salvó, que por supuesto está completamente enamorada de él aunque no lo reconozca hasta que ambos estén colgando de un precipicio por un cordón de zapato, lo acompañará todo el tiempo, facilitando mucho las cosas a la hora de distraer a los guardias que están en la puerta del club nocturno donde se esconde el jefe de los malos.

Y como es normal, aunque lo cojan y lo encadenen a un pilar de acero del edificio mientras un rayo láser viene justo hacia la cabeza, podrá estar tranquilo porque, al final, un amigo vendrá al rescate en el último momento y asunto arreglado, justo a tiempo para alcanzar al malo que se escapa con la chica en su helicóptero privado. Pero como buen aventurero que se precie, el curso de piloto privado de helicópteros se incluye en el paquete, por lo que no resultará difícil tomar el control de éste después de noquear a todos los tripulantes, incluido el malo. Sólo deja consciente a la chica, que ya se abraza al fornido brazo del héroe como un koala y se pierden en el mar con el sol del atardecer de fondo.

Así que creo que, como lo demás ya lo tengo, ya sólo me falta sacarme el título de piloto de helicópteros y estaré listo para empezar la aventura…

lunes, marzo 17, 2008

Confesiones al señor de la arena

Me he sorprendido a mí mismo releyendo una y otra vez unas líneas perdidas en el tiempo, parecee que fue ayer cuando pasó, y todavía puedo sentir ese momento como si hace tan sólo unos minutos que hubiera ocurrido. Fue fugaz, un segundo que se me hizo eterno, un segundo que llevaré siempre conmigo, ya tiene su lugar ehí donde el tiempo y los cambios no pueden llegar. En realidad, no sé qué pensar, quizás sea algo que debo olvidar como tantos errores que he cometido desde siempre, pero me resisto a creer que por un momento, aunque sólo fuera por un momento, el mundo fue sólo para nosotros. No hablo de mirar al infinito y pensar que otra mirada se alza en ese momento, como si buscase esa mirada entre las nubes o en las hojas de los árboles, sino un momento donde el relojse fundió en un calor que no podré olvidar. Ahora, las horas pasan y sólo puedo ver esa mirada en las estrellas, esas que quedaron por mirar, y soñar que esta noche puede que el señor de la arena me regale tu sonrisa.