Volviendo a subir el telón
Un placer que tenía abandonado, un mundo que creí que había muerto, una vida que se había extinguido. Ayer me sorprendí a mí mismo en un lugar que creí que ya no existía, no porque no estuviera allí, sino porque se había escondido junto a
Me queda muy lejos ese tiempo en el que conducir no era disfrutar, en el que cada palabra era el preludio de una discusión, en el que un debate se convertía en una conversación de sólo uno, harto de decidir las pequeñas cosas y ninguna de las grandes.
Hoy me siento lleno de vida, de cosas por hacer, más ganas que nunca de subir a esas tablas y reencontrarme con ese niño de 10 años que quiso cantar justo en el momento en que oyó la primera canción, de servir para lo que he estado preparándome aun sin saberlo, de ser todo lo que quiero ser sin que nadie me mire mal por ello.
Hace tiempo alguien me dijo que había cambiado, y que no era a mejor… y tenía razón, al igual que otras muchas veces. Por eso me he prometido a mí mismo que voy a ser más que nunca, que ya es hora de quitarse de verdad todo el peso que sobra de encima y quedarme con el que realmente merece la pena. Sé que ese mismo alguien se siente defraudado, y no quiero que sea así, quiero ser ese chico que sólo muestro algunas veces y que ha conseguido ser feliz cuando menos lo esperaba.
Ahora que tengo fuerzas no pienso volver a un pasado que ya se vislumbra como un sueño, un mal sueño.