domingo, mayo 11, 2008


El reloj se ha parado, mañana irá más deprisa. Repaso mi memoria en busca de cada palabra, y a mi mente sólo vienen miradas. El tacto del papel se ha vuelto áspero, inútil e inerte. Las hojas permanecen inmóviles y el café sabe más amargo. Mañana todo será igual y diferente… sin esperas, no existirá el deseo por tener un minuto egoísta ni los pájaros haciéndome volar junto al río. Esta noche ha muerto un trozo que nunca estuvo vivo, y aún así lo echo de menos. Hoy el sol se ha escondido antes de que la luna lo ordenase, como un baile desacompasado del que no hay pasos escritos, sólo susurrados al oído en una melodía perdida.

Antes fue el olvido… ahora, las palabras se disuelven en los charcos.

1 Comentarios:

Blogger Ada dijo...

Se me olvidó decirte que te extrañé y no te conozco. Que te fuiste y nunca te quedaste mirando. Que sentí tu olor pasarme rozando y nunca mis manos rozaron tu pelo. Se me olvidó que nunca debí sentir que te esperaba, que esas cosas no pasan porque uno quiera, que al atardecer mirando el sol alcé la vista y como siempre, tú no estabas. Pero también se me olvidó decirte que algún día mis pasos recorrerán el camino que nos separa de esa felicidad perdida, o tal vez sean los tuyos porque yo me ya me paré. Eso da igual. Sé que encontraré en el reloj los minutos perdidos de mi vida...

No sé por qué, tal vez porque sí. Me ha gustamo mucho lo que has escrito. Mira el reloj de nuevo. ¿Ves cómo pasa inexorable? Sonríe

12:51 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home