domingo, enero 03, 2010

Hoy me desperté mañana

Al oeste de la frontera, donde el papel de fumar es lo más grueso que separa el universo, unas lágrimas de plástico azul destiñen de rojo una mirada cargada de sentimientos y añoranzas. Frente al espejo observo una cara que no es la mía, que querría que lo fuera, pero no lo es… y exploto en silencio mientras un gato negro corretea entre cubos de basura allá abajo.

Hoy me cuesta imaginar, no ya pensar en un mañana apagado y gris, en el que el único color está demasiado lejos como para maravillarme. Me siento pesado, estúpido incluso, y no me quedan palabras en mi garganta que sepan explorar más allá de mi mente.

Dragones voladores y un caballero negro que avanza en la espesura sin más pretensión que alzar su brazo en contra de trasgos y duendes del bosque que observan tras el follaje acechando, como siempre, a que un guerrero de la orden de atacar a su presa.

Y en medio de este oleaje, recuerdo cada día ese bar de tablas de madera en el que me sentí el ser más insignificante y a la vez más afortunado, en el que todo comenzaba a tener sentido por primera vez y que seguía sin conocer un nombre que me suena tan absurdamente mal sin tener culpa más allá de la incomprensión. Recuerdo ese refresco que me supo tan amargo como el de la última vez, y no paro de pensar en que querría volver a tomarlo todos los días de mi vida.

martes, diciembre 01, 2009

El juego

Después de una tormenta en la que vi mucho más allá de lo que debiera, mi mente se ha replegado en un intento por preservarse a sí misma. Las orejas del lobo han sido mucho más oscuras y largas que nunca, y eso es lo que realmente me asombra. Antes siempre había defendido que no pasaría nada, que todo lo que viniera y fuera por mi culpa estaría bien… pero parece que la realidad es bien distinta. Vi ataúdes, lágrimas y trajes negros… y sólo pude esbozar una mueca de incomprensión por la rapidez con la que hubiera pasado todo si fuera verdad. Afortunadamente, todo se quedó en anécdota, una triste y esclarecedora anécdota que ha servido para mucho más de lo que nadie ajeno puede comprender.

El orgullo se ha roto, la luz se ha encendido, y un abrigo de hiel se extiende entre sombras de ignorancia que ya no tengo. He prometido ser más consecuente, no sólo con esto, sino también con el resto de cosas. Sé que será difícil, sé que puede ser imposible, pero no me queda otra opción que jugar al juego que me marca el tiempo.

martes, junio 16, 2009

VACÍO


Sin nada, así me encuentro. Como una última oportunidad antes de saltar al barranco, así me sentía... y la vida me ha demostrado que no, que no se vive de ilusiones. Hubiera sido bonito, genial, maravilloso... hubiera sido, pero no puedo hacer nada porque lo sea.

Como última buena acción de mi anterior vida, deseo que pueda ofrecer algo que yo no pude, o no supe dar. Creo que no hice todo bien, pero tampoco fue demasiado malo, al menos eso creo. Estar a mi lado es, o mejor dicho era, muy difícil, ingrato a veces, absurdo otras, y lo reconozco. A partir de ahora sólo me queda lanzar un último suspiro antes de lanzarme al vacío. Atrás dejo un caballero andante con pocas luces y aires de grandeza. Harto estoy de Don Quijote... llega el momento de poner esa armadura que un día me quité para nada. Ya la tengo adaptada, en realidad creo que esperó paciente en el fondo del armario para volver a ver la luz... y ese sol ya ha llegado, y creo que si puedo no volveré a esconderla de nuevo. Bien pensado es incluso hermosa, sólo se trata de saber llevarla con clase y, modestia aparte, me sobra para llevar esa y cien más como la que ahora visto.

Creo que me convertiré en un gato negro, pero no por su belleza, sino por su recelo, esquivo, fiel sólo a sí mismo. En realidad tiene gracia que siempre haya preferido a un perro bobalicón apoyándome en algo tan estúpido como su lealtad, nobleza y sabiduría. Los gatos ganan, ganan siempre. Unos llevan gafas de sol, otros viven ajenos a un pasado oscuro, pero todos son felices en su mundo... y ahí tendré mi hueco, a mi medida, con mis reglas, unas reglas que nunca he aplicado y que ya es tiempo de hacerlo.

Sirvan estas palabras como despedida, como renovación, como dulce culto a una época que deseo recordar como algo que tuvo que pasar para que llegara esto. Y por fin cobra el mayor de los sentidos esa frase que tanto me gusta pero nunca pude pronunciar:

HE VUELTO... Y SOY MALO.

martes, mayo 26, 2009

La ventana

Una ventana se me abre ante mí cada mañana, como si no hubiera otra cosa en el mundo, y en realidad no la hay. Tan sólo quiero abrir y ver si estás ahí. Y hoy has aparecido, alegre y feliz como hace mucho no veía, y mi corazón se derrumba entre palabras cursis y lamentos de un pobre imbécil que no deja que el río siga calle abajo, hasta el fondo del cementerio lleno de rosas rojas y amarillas. No comprendo qué ocurrió, o tal vez sí, pero lo que importa no está aquí ahora, sino dentro de ti, aguardando el mejor modo de soltarlo, de gritarlo esperando que todo acabe de la mejor forma posible. En realidad ya lo he soñado cien veces y pensado unas mil, pero sigo abriendo los ojos empapados en lágrimas de unas sábanas que no entienden cómo algo tan débil puede romper algo tan duro. Aún palpita de emoción cuando oigo cualquier susurro, cuando huelo ese aroma, cuando veo algo plateado cruzar ante mí. cuando veo una y otra vez en la pantalla de mi ordenador esos dinosaurios que ironizan sin saber que al otro lado del cristal hay un instante tan fugaz como un click de ratón para que desaparezcan como un día lo hice yo. Quizás todo sea un sueño, amargo y cruel creado por una mente tan retorcida como absurda, pero me alegro de soñar con algo tan dulce, tan increíble y a la vez efímero, tal y como ocurre con un relámpago en una tormenta de verano. Resulta irónico que todo comenzara un verano, y ahora empieza a hacer el mismo calor que en esa tarde en la que me dí cuenta que al otro lado había algo más, que los juegos se escapaban de entre mis dedos para abrir mis ojos hacia un mundo teñido por colores que jamás había contemplado y lleno de sabores que explotaban en mi boca uno tras otro, sin detenerse, sin vacilar, sin piedad ni tregua a la risa.

Hoy volveré a dormir desnudo, pensando que así tengo menos peso que arrastrar por el país de nunca jamás, volando entre nubes que contemplé al borde de una piscina y sin un café que tomar de la misma forma que lo haría en esa terraza que siempre pensé que vería. Algún día iré, aunque no sepa dónde se encuentra, aunque no conozca cómo ni con quien estaré allí, pero todo eso no importa, porque la ciudad de las Brujas será sólo para nosotros, nadie más que tú estará allí, respirando un olor que imaginé con sonrisa y hoy se antoja una mueca estúpida.

viernes, abril 03, 2009

Tristeza


Aún no recuerdo cuándo fue la primera vez que perdí. Como un canto efímero, siempre se me ha dado la oportunidad de saborear lo bueno de la vida para después desaparecer sin más rastro que un sueño de resaca sombría.

No todo es malo, pero querría no tener que olvidar. Hoy apenas puedo contener unas lágrimas que salen desde lo más profundo de un sentimiento egocéntrico y asqueroso… repugnante. Hoy estaría bien un final en el que el asfalto quemase mi cara más allá del sol, sin temores, sin razones, con el aullido de una voz de fondo. Sería injusto, sería macabro, sería ilógico… no podría ser. Pero no hablo de lo que podría o no, sino de lo que debería. Aún me atan demasiadas cosas, demasiadas personas, demasiados momentos, demasiadas volteretas, demasiadas risas, demasiadas palabras… Palabras, sobran las palabras para dedicar todo un mundo.

Hoy soñé con un futuro incierto, en un tiempo pasado con personajes nuevos, y me dio miedo. Me dio miedo de conocer el final, de sentir aquello que vi y quiero olvidar y no puedo, aunque sea un sueño. Al igual que hice dormido, haría en realidad, ya sea con espada o sin ella, con el olor de los caballos o debajo de una encina mientras que los insectos suben por las piernas y la melancolía baja por los brazos hasta que cierro los puños y la atrapo.

jueves, marzo 26, 2009

Improvisando

Aprovechando las sombras del futuro, rebusco entre las cenizas olvidadas por algún vagabundo del desierto. No hay más que tizones resecos por la memoria, abandonados sin criterio en la soledad de la mañana. Los suspiros siguen despertándome, y son los míos que tienen envidia del onirismo de lo absurdo en el que no pueden vivir. Más allá no hay nada, tan sólo silencio.

Uñas cortas, sudor frío y un grito ahogado por el miedo. Ahora los duendes duermen juntos, verdes y sonrientes, llenos de pústulas, hirientes. El triunfo de la Verdad está más lejano que nunca, y el caballero sigue galopando a lomos de un caballo negro que tiene dominado a su dueño.

No hay amor detrás de un cristal, ni en los árboles o las rocas… y la Naturaleza no existe más que en la mente, y ésta tan siquiera respira. Algún día, pequeño, algún día. Siempre le repitieron la cantinela como una odalisca sinuosa que centellea tras la montaña multicolor y que se alcanzaría con un globo imposible de inflar.

viernes, febrero 27, 2009

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