Hacia el final del laberinto

Buscando una mora encontré una morera. Tierna y dulce, salada y delicada. El fuego poco a poco se acercaba, acechando, cada día que pasaba, cada palabra era una alerta que se encendía para alejarme… y no lo hice. El incendio devoró todas las hojas, todas las ramas, todas las moras… la dulzura había vencido a la estupidez. Nada sería lo mismo, todo seguiría igual. Las ramas seguirían creciendo, los brotes creciendo con buenas palabras. Y sin embargo, el silencio se había adueñado de sus raíces.
4 Comentarios:
el silencio se había adueñado de sus raices...
en el final del laberinto, clem
y sin embargo, dudo que la dulzura haya vencido a la estupidez. y que todo sea lo mismo. y que todo siga igual. y que las ramas y los brotes crezcan con buenas palabras. y que el silencio se adueñe de sus raices...; eso es lo que más dudo, que el silencio pueda callarse...
aún en el final del laberinto, clem
...el caso es que el fuego no se llevó la morera que tanto gusta.
Eso está muy bien xD
<3
Son las palabras sabias las que crean un posterior silencio, mientras recapacitamos. La estupidez nos hace sabios, porque aprendemos. Y una simple sonrisa rompe todos los silencios arraigados... Nada es lo que parece. Me encantan las moras y más aún tus palabras
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