viernes, agosto 10, 2007

Alegoría del absurdo


Sueños complicados, abrir los ojos cayéndose el cielo y mañanas pesadas. Cada despertar es una película aburrida y triste en la que el protagonista sobra sin que se note en el guión. Sólo algunos gatos pueden echar de menos alguien que observa sus ojos cada noche, agazapado tras un árbol roído por el viento.

Una calavera más, sin nombre ni profundidad en su mirada… un cráneo a medio enterrar que disimula la agonía tras esa sonrisa hierática y vetusta. Una piedra más que lanzar al agua, tan sólo un trozo de granito desafilado, mohoso y cubierto de tierra que disfruta de un último viaje antes de suspirar mientras contempla la complicidad de la luna desde el lecho del río.